P.S. QUE ECHA PORRAS. En el magno evento habrá también un reñido torneo de baloncesto. En él se alzará con la victoria el mejor equipo (nota: cualquier equipo foráneo que ose derrotar a los locales —o sea a los zapatistas—, será tomado prisionero, obligado a escuchar, completo, el programa Fox contigo, y declarado ilegal por lo que su victoria será anulada). ¡Participa! ¡Apoya a tu equipo preferido! (nota: cualquier muestra de apoyo o simpatía del respetable hacia un equipo que no sea el de los locales —o sea los zapatistas— será repudiada unánimemente y la persona responsable será detenida y remitida a la asamblea más cercana para ser criticada y “mirada”). ¡Habrá equipos de todo el planeta (Estados Unidos, Euskal Herria, Estado Español, Francia, Italia, UNAM, UAM, Poli, ENAH, “Sociedades Civiles”, “Desmadre, S.A. de (i)R. (i)L. de C.V.” y otros), incluyendo al dream team de la “Escuela Secundaria Rebelde Autónoma Zapatista Primero de Enero de Mil Novecientos Noventa y Cuatro” (cuando acaben de decir su nombre, el equipo contrario ya se habrá dormido)! Es casi seguro que la final será EZLN vs EZLN (para garantizar, se distribuirán generosas raciones de pozol agrio a los otros equipos). Se rumora que hay una fuerte pugna entre los grandes consorcios multinacionales de noticias deportivas para conseguir los derechos de transmisión, pero parece ser que la exclusiva la tiene el Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica. Se dice también que las apuestas en Las Vegas están 7 veces 7 contra 0.0001 (a favor de los zapatudos, of course).

– Subcomandante insurgente Marcos, “Invitación formal de Marcos al festejo por el nacimiento de los Caracoles”, julio de 2003¹

El Pabellón de México en la 18^a. Muestra Internacional de Arquitectura La Biennale di Venezia 2023 es un espacio inmersivo basado en un fragmento (escala 1:1) del modelo expandido de la cancha de basquetbol campesina, que ha sido refuncionalizado como lugar privilegiado de encuentro para procesos polivalentes y plurivalentes de descolonización en las comunidades indígenas en México. Desde su inserción como plataforma base dentro del programa de desarrollo de las comunidades agrarias durante el periodo de repartición de tierras impulsada por la Reforma Agraria, la cancha de basquetbol rural ejemplifica de manera excepcional un proceso de transformación radical que se aleja de los lineamientos prescritos por un modelo desarrollista centralizado para dirigirse hacia un modelo de infraestructura constructivista en el cual la plancha de concreto es apropiada y convertida en el cimiento del comunalismo indígena contemporáneo. Nuestro caso de estudio sobre estas canchas de basquetbol funciona como laboratorio de investigación en el cual una serie de adecuaciones y transformaciones exceden el planteamiento inicial de una tipología pensada exclusivamente como espacio de recreación y promoción del deporte para devenir un espacio único de construcción de procesos políticos, sociales y culturales.

El basquetbol se empezó a popularizar en México durante la década de 1920 en el contexto de la reconstrucción nacional posrevolucionaria, poco después de ser inventado por el médico canadiense James Naismith en 1891. Desde entonces, la cancha de basquetbol ha funcionado como una unidad mínima de desarrollo para el campo mexicano. Las primeras fueron construidas como parte del esfuerzo de alfabetización de las llamadas misiones culturales, integradas por profesores de educación física y fundadas por la Secretaría de Educación Pública.² José Vasconcelos, secretario de Educación en el periodo 1921-1924, argumentaba que el ejercicio físico y los deportes eran útiles para enseñar el trabajo en equipo, el sacrificio, la lealtad y la belleza.³ En esos años, además, se crearon incentivos fiscales para la construcción de instalaciones deportivas.⁴ Más adelante, el presidente Lázaro Cárdenas, del sexenio 1934-1940, promovió su construcción incorporándolas a su estrategia de transformación política por medio de la Reforma Agraria.⁵ Por otra parte, el gobierno mexicano recibió el apoyo del Instituto Lingüístico de Verano, asociación de cristianos evangélicos estadounidenses que ya utilizaban el basquetbol como actividad para la prevención de adicciones en Estados Unidos y que en México se habían establecido para estudiar las lenguas originarias del país y trabajar en la alfabetización de los pueblos indígenas.⁶ Los esfuerzos por promover el basquetbol y la construcción de las canchas como aliciente para el desarrollo del campo han quedado registrados en publicaciones de la época, como la revista El Maestro Rural y el Manual del campesino.⁷ La cancha de basquetbol conecta el proceso de restitución de los derechos colectivos sobre la tierra con un programa de infraestructura externo a los modelos de desarrollo dominantes. Nuestra hipótesis es que el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permite un modelo diferencial, por lo que estamos ante un acontecimiento histórico en el que la Reforma Agraria se erige como el estatuto de bienes comunales y de propiedad social que enmarca la posibilidad de un espacio que a su vez será transformado por los procesos de colectivización, definiendo una lógica heterogénea de relación entre el espacio, la propiedad y la comunidad. La cancha de basquetbol rural, ideada como infraestructura pública, se transforma así en un dispositivo que estratégicamente es objeto de apropiación para la formación de otro sistema de organización social: los comunalismos⁸ de los pueblos indígenas.

En su forma más básica, una cancha de basquetbol campesina consiste en una plancha de concreto pulido de 28 x 15 m pintada en la superficie con las líneas de juego reglamentarias y en cada extremo de su longitud mayor una canasta. En algunos casos incluye gradas laterales, una cubierta ligera o ambas. Es mucho más pequeña que una cancha de futbol o beisbol, lo cual facilita su emplazamiento, por ejemplo, en las comunidades de la sierra donde es difícil encontrar un terreno grande y plano. Además, el concreto pulido del piso es un material homogéneo, duradero y fácil de fabricar, a diferencia de la tierra o el pasto que se utiliza en otro tipo de canchas. En cierta forma, la tipología de la cancha de basquetbol rural es ideal para la lógica del alto modernismo del siglo xx y su economía de medios: basta con tener una plancha de concreto con dos canastas para que una comunidad tenga un dispositivo multifuncional de organización social.

Más allá de su uso prescrito, la cancha de basquetbol campesina es una infraestructura pública y flexible, ideal para ser apropiada y transformada para otros usos: los huautecos han incorporado el deporte a sus fiestas;⁹ los zapatistas se reúnen en las canchas de basquetbol para discutir y deliberar, con comida, baile, música y fuegos artificiales;¹⁰ en las canchas de otras comunidades de los Altos de Chiapas se hacen asambleas, repartición de despensa, centros médicos, refugios para situaciones de emergencia y mercados;¹¹ los zapotecos han formado una identidad alrededor del basquetbol, desde Teotitlán del Valle, Oaxaca, hasta Los Ángeles, California;¹² los mixes las usan para asambleas, candelas, conciertos y ceremonias civiles. Simbólicamente, la cancha de basquetbol en zonas rurales es el epicentro de la organización y la actualización de las formas de gobierno comunalista. Para recibir otros usos, se añaden más elementos, permanentes o temporales, como pasarelas, quioscos, puestos, mercados, lonas, etcétera.¹³ Nuestra investigación de campo apunta a un sistema de agregación de funciones en el cual los procesos colectivos, la imaginación social y las formas de democracia directa¹⁴ han subvertido las tipologías desarrollistas de modernización.

La cancha de basquetbol campesina, refuncionalizada (repurposed), es mucho más que una deconstrucción de la infraestructura deportiva occidental: es la unidad de construcción que cimienta las utopías indígenas en resistencia.

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Corrección de estilo: Jaime Soler Frost