La cancha de basquetbol como territorio liminal en la obra de Kasser Sánchez

Autor: Viridiana Martínez Marín

La cancha de basquetbol comunitaria es un espacio contingente que no solo se activa en el uso de su naturaleza deportiva, sino por todas las posibilidades de agenciamiento que ese sitio tiene en una comunidad. Las diversas prácticas que ahí acontecen tienen que ver con la dinámica política, afectiva, festiva y económica de un pueblo, estos eventos no son excluyentes, son uno y lo otro a la vez, una fiesta o feria que se celebra en el espacio de la cancha de basquetbol es tan política como una asamblea para tomar decisiones en comunidad.

En un estado tan grande como Oaxaca, las líneas divisorias marcan 570 municipios, sin embargo, esto no significa que el centro de cada municipio sea el punto de convocatoria entre los pueblos, barrios y colonias que habitan en esas demarcaciones, cada pueblo o colonia tiene su propio centro y este a su vez, en la mayoría de los casos, está asociado con las canchas de basquetbol que se encuentran cercanas a las escuelas primarias o secundarias. Por ejemplo, el lugar donde crecí forma parte del municipio de Santa Cruz Xoxocotlán en Oaxaca, sin embargo, mi centro y el de mis vecinos, no era la agencia municipal de Xoxo, sino la cancha de basquetbol cercana a mi primaria, el sitio donde asistí por primera vez a una función de cine, debido a que unos exhibidores trashumantes de películas con temas religiosos llegaron y nos invitaron a su proyección en la cancha, el sitio donde también mis compañeros y yo nos reuníamos a ensayar los bailes que presentaríamos en las festividades de fechas como el 16 de septiembre o el 10 de mayo.

En una de mis clases con el Dr. José Ángel Quintero Weir, quien hablaba del pueblo Wayú, nos decía que cada pueblo tiene sus historias acerca del origen del mundo, lo que constituye su cosmovisión, es decir, las historias que dan origen a las imágenes de un pueblo y que cada pueblo es para sí mismo el origen del mundo. Aspectos que me parecen muy importantes al pensar en los diversos procesos e historias que constituyen al territorio en un nivel local, aunque estén dentro de la demarcación de un municipio o estado. En esa misma clase el Dr. Quintero Weir nos decía que el territorio se conforma de lugares significativos material o espiritualmente y que cada pueblo hace de un lugar su territorio porque en un determinado momento, constituye un espacio significativo para el grupo. Esto me resuena con lo que pasa con los espacios de las canchas de basquetbol en muchos lugares de Oaxaca en donde los pueblos se reúnen y generan prácticas comunitarias.

Estas cuestiones son planteadas por el artista Kasser Sánchez, originario de San Baltazar Chichicápam en Oaxaca, en su proyecto titulado Laah nu´/ Laah tu´ que significa ustedes/ nosotros en el zapoteco que se habla en su pueblo. Su obra consiste en una serie de piezas escultóricas, gráficas, modelados en 3D, pinturas y dibujos, que reflexionan en torno a la cancha de basquetbol comunitaria como un espacio liminal en donde además de las dinámicas de juego, acontecen diversas relaciones sociales, políticas e históricas en las que conviven y participan los miembros de una comunidad.

La liminalidad es un concepto utilizado para designar un espacio transitorio (físico o mental), una fase intermedia entre los ritos comunitarios que celebran el cambio, la mutación necesaria para la continuidad comunitaria. Sánchez encuentra lo liminal de la cancha al observar que, a pesar de ser un espacio para usos deportivos, las diversas prácticas dentro de ella la convierten en otros espacios simultáneamente sin que dejar de ser lo que es en su esencia. Es decir, para Sánchez los espacios de la cancha de basquetbol pueden convertirse en un foro político, de asamblea para cuestiones urgentes, pero no dejan de ser un espacio deportivo, marcado por la arquitectura de la cancha, por los referentes visuales de las marcas e industria del deporte, por los tableros, las líneas que marcan el campo, las canastas y sus redes. Estos aspectos, detonan una serie de imágenes que Kasser Sánchez materializa en su obra.

Por ejemplo, en la pieza Convergencia S-Z, Sánchez emplea un bastidor como tablero de básquetbol, una escultura impresa en 3D con forma de aro con espinas en su circunferencia, cadenas de metal como redes para el aro, y una pintura collage para el tablero con imágenes deportivas como un balón de basquetbol con diseño caricaturesco, la imagen de un chico con peinado de líneas rapadas, y la gráfica de un rótulo que anuncia un grupo musical popular en su pueblo durante la década de 1980.

Cada uno de los elementos gráficos y escultóricos que componen Convergencias S-Z, se vinculan con el territorio del que surgen, evocan las negociaciones acerca del espacio público, las dinámicas intergeneracionales y de encuentro en comunidad. Las espinas en el aro, por ejemplo, recuerdan elementos que representan a dos espacios convergentes en diversos pueblos de Oaxaca que son resignificados a través de sus activaciones sociales, uno es la cancha de basquetbol y el otro es el atrio de la iglesia católica, los usos de ambos espacios no se limitan a su función estructurada, sino que son contenedores de flujos afectivos y por tanto políticos.

En otra de las piezas que lleva por nombre el título del proyecto _Laah nu ́/ Laah tu ́ _(nosotros/ ustedes). Sánchez realiza una escultura a partir de la resignificación material y contextual de una prensa de metal para hacer tortillas, la interviene utilizando lámina y concreto y modifica la base para construir una cancha de basquetbol con dos tableros hechos con espejos. En un partido de basquetbol suele hablarse de los locales (nosotros) y los visitantes (ustedes), palabras en zapoteco inscritas respectivamente en cada tablero. Con el uso de los espejos, Sánchez hace reflexiones acerca del territorio, de las asociaciones que marcan la posesión, el compromiso y cuidados de la tierra en colectividad y que esto debe ser generado a partir de la vinculación con los otros territorios vecinos. A partir de esta pieza y en el reflejo de los espejos se puede pensar que, en el reconocimiento del otro, nos conocemos a nosotros mismos, una vinculación y empatía necesaria para pasar de una sociedad basada en la subjetividad a una basada en lo colectivo.

En otra de las piezas titulada Cancha comunitaria, Kasser emplea tres bastidores de distintos tamaños que se sobreponen uno sobre otro para componer una escultura. Se trata de una forma piramidal donde se usan los bastidores como escalinatas para llegar a la base, composición que resuena con la estructura arquitectónica de Monte Albán, ciudad prehispánica zapoteca que significa “Montaña Sagrada”. Los bastidores como escalinatas están intervenidas desde el basamento con figuras de grecas plateadas hechas con corte vinil sobre un fondo de pintura azul, el uso de colores puede ser estratégico para resonar con el significado de Binnizá (binni, gente; zá, nube: gente que proviene de las nubes), palabra en zapoteco del Istmo de Tehuantepec. Además de estas asociaciones, el uso del bastidor como tablero en la cima de la pirámide en donde Sánchez pinta una cancha de basquetbol, recuerda a la relación entre los múltiples usos de los territorios sagrados en Monte Albán, políticos, religioso, estéticos y deportivos, ya que en Monte Albán se han identificado canchas del Juego de pelota un espacio ritual donde cuestiones políticas y religiosas convergen, tal como en la propuesta de Sánchez de pensar en la cancha de basquetbol comunitaria como un espacio liminal, una contingencia ritual, política y deportiva de negociaciones intergeneracionales.

Como en estos ejemplos, las piezas que conforman el proyecto Laah nu´/ Laah tu´, exploran y experimentan en torno a las representaciones de la cancha de basquetbol retomando elementos de la gráfica deportiva, inscripciones del zapoteco, referentes visuales de la gráfica que circula en el pueblo del artista y elementos visuales con referencias hacia la cultura popular de la generación a la que el artista pertenece, para generar piezas que hablen acerca de las múltiples prácticas y relaciones que acontecen en la cancha comunitaria.

El Dr. Quintero Weir nos recuerda que “No existe memoria sin territorio”. Esto significa que toda corporalidad constituye su memoria desde los vínculos que ha establecido con el territorio. En este sentido, Sánchez trabaja con su memoria visual generada cuando era niño y caminaba por su pueblo en donde veía los rótulos que anunciaban el siguiente baile que se celebraría en la cancha, los recuerdos al asistir con sus padres a las canchas donde se organizaban asambleas políticas para discutir los asuntos materiales de existencia del pueblo y más tarde, regresar a su casa para ver por la televisión las caricaturas que transmitían. Todas esas memorias, están contenidas de manera dinámica y dialógica en los gestos materiales y gráficos de sus piezas.

Las piezas de Sánchez nos recuerdan que no existe una sola manera de hacer práctica política, que cada pueblo tiene sus propias formas de generar sociedad, es decir, de constituir asociaciones y que estas dinámicas son fundamentales para la vida en común. Para San Baltazar Chichicápam el pueblo de Sánchez, como en muchos otros territorios en Oaxaca, las canchas de basquetbol son contenedores de memorias activas, espacios de negociación política y prácticas tan variadas como ser escenario de un baile, un salón de fiestas, un cine o lugar de asambleas.