PABELLÓN DE MÉXICO 18A MUESTRA INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA LA BIENNALE DI VENEZIA 🏀 INFRAESTRUCTURA UTÓPICA: LA CANCHA DE BÁSQUETBOL CAMPESINA 🏀 PABELLÓN DE MÉXICO 18A MUESTRA INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA LA BIENNALE DI VENEZIA 🏀 INFRAESTRUCTURA UTÓPICA: LA CANCHA DE BÁSQUETBOL CAMPESINA 🏀 PABELLÓN DE MÉXICO 18A MUESTRA INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA LA BIENNALE DI VENEZIA 🏀 INFRAESTRUCTURA UTÓPICA: LA CANCHA DE BÁSQUETBOL CAMPESINA 🏀
INFRAESTRUCTURA UTÓPICA: LA CANCHA DE BÁSQUETBOL CAMPESINA
PABELLÓN DE MÉXICO 18A MUESTRA INTERNACIONAL
DE ARQUITECTURA LA BIENNALE DI VENEZIA
ARSENALE DI VENEZIA
30100 VENECIA, ITALIA
·
MARTES-DOMINGO 11:00-18:00 H
20.[MAY].2023

26.[NOV].2023

La cancha es negociación

Autor: Sergio Galaz y Gimena Bustamante en conversación con Mich Aguilar, Morelos León Celis, Francisco Pérez y Yair Tamayo

Sergio: A pesar de venir de distintos puntos de México, la cancha de basquetbol ha sido un espacio clave en sus vidas. ¿Recuerdan cómo fue su primer acercamiento con el basquetbol?

Yair: Yo inicié con el basquetbol cuando estudiaba la escuela primaria en Cuajimalpa, en la orilla oeste de la Ciudad de México. Mi mamá me había dicho que tenía que practicar un deporte, y estuve intentando varios hasta que un profesor de educación física especializado en basquetbol acabó metiéndome al equipo de la escuela. Desde ahí comencé a jugar.

Francisco: Las cosas que más me gusta hacer en la vida son leer y jugar basquetbol. Llegué a él también en mi primaria, que hice en Aguascalientes. Un profesor de educación física me invitó a jugar y resultó que quedamos campeones en el primer campeonato en el que jugué. En el torneo había unos visores del estado que me invitaron a jugar en otro equipo, ¡en una [cancha de] duela!, y empecé a entrenar con la selección del estado de Aguascalientes.

Michelle: Sí, después pasas a esa transición de jugar en pura duela y sí era: ¡guau!, ¿no? Cuando empecé a jugar en duela ya no se me terminaban los tenis. Estando aquí en Ixtlán, en Oaxaca, mis tenis me duraban seis meses por el desgaste que tenían con la cancha de cemento.

Morelos: Yo conocí la cancha de duela cuando llegué a la Ciudad de México. Me invitaron a jugar en una liga del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss). Fue la primera vez que jugué en duela y se me hacía un super lujo, pero también era muy incómodo para mí. Además, las canchas de duela se me hacían súper inútiles, porque siento que no pueden ser comunitarias, porque son muy selectas, sólo para el juego, y a mí me gusta pensar la cancha en toda la diversidad de los usos de su suelo.

Yair: Sí, la duela no tiene esa característica de convivencia ni de invitar a otras personas. Hay gente que se enoja si entras a la duela y usas zapatos, si no usas los tenis adecuados. La primer cancha de duela a la que fui fue una cancha en la alcaldía Venustiano Carranza, en el centro de la Ciudad de México. El cuidador de la cancha te aventaba un balón si no entrabas con tenis.

Morelos: Volviendo a la pregunta original, yo llegué al baloncesto viendo a mis hermanos jugar y por los torneos que se hacían en la Mixteca baja, la zona de Oaxaca de donde soy. En Oaxaca nos encanta el juego. Ahí tenemos una conexión con la migración, siempre estamos migrando desde los ochenta por necesidad a Los Ángeles, a Nueva York, a Estados Unidos, a la Ciudad de México. En algún momento en mi pueblo comenzaron a hacerse torneos mixtos de lugareños y gente que venía de los Estados Unidos. Existían estos torneos y crecí viéndolos. En Oaxaca somos chaparritos, no somos tan altos, pero somos tiradores tremendos… Los premios eran al principio cosas como ramos de flores, maíz, animales, etc. Después los trofeos se fueron incrementando y ahora hay premios en dólares.

Le debo mucho al baloncesto, especialmente en lo relacionado a las cuestiones profesionales. Soy artista visual y mucha de mi obra gira en torno a la cancha de basquetbol. Mi primera obra relacionada con el baloncesto fue un homenaje a mi abuelo. Él era talabartero y fue síndico del pueblo en algunas ocasiones. Muchas veces esperaba a que mi abuelo saliera del palacio municipal en la cancha de basquetbol que estaba al lado. Casi siempre en las comunidades serranas de Oaxaca, de Chiapas, de Guerrero, una cancha municipal es un pequeño zócalo social, se ubica enfrente del ayuntamiento, al lado del atrio de la iglesia, y muchas veces al lado de un parque. Ahí empecé a ver la cancha como un espacio público comunitario.

Michelle: Yo también, toda mi vida ha sido basquetbol. Mi mamá dice que desde que estaba en su pancita, yo ya disfrutaba ver partidos de Jordan, del Magic Johnson. Yo ya traía el basquetbol en la sangre, por así decirlo, pero la primera vez que me hirvió fue en un torneo del 21 de marzo, que se celebra en Guelatao, en Oaxaca, en honor al presidente Benito Juárez. No todo el mundo lo puede jugar. Solamente puedes hacerlo si tienes un papá o abuelo directamente nacido en una de las comunidades. Es un tema de mucho orgullo, de mucha tradición. Empecé a jugar la copa desde pequeña, y desde ahí he seguido jugando basquetbol.

Yair: Mi experiencia con las canchas de basquetbol ha sido casi siempre dentro de la Ciudad de México. La única experiencia de jugar en un torneo como el que dice Michelle —aunque en ése la convocatoria era más abierta— fue en Ometepec, Guerrero. Y justo cuando acabó el torneo la cancha se volvió una kermés. De repente llegaron puestos y ya vendían tamales, tlayudas, se acabó el deporte y empezó la idea del zócalo, como dice Morelos. El piso se volvió zócalo y ya no se volvió más cancha por el resto del día.

Michelle: Las canchas en Ixtlán están a un lado del parque, y a veces también hay kermés en las canchas porque están al lado del parque. Pero la kermés pasaba de un solo lado y el resto lo tenías libre para ir a tirar. Siempre había el tema de las bocinas que anunciaban: el día de hoy se le espera a tal hora, va a haber kermés. Cuando era la festividad del pueblo, se mandaba a pintar la cancha para darle ese mantenimiento y después había un torneo de básquet que duraba dos días, y después llegaba el baile. De estar súper llena por un tema de campeonato pasaba a estar llena por ser pista de baile.

[programas múltiples]

Gimena: Una de las cuestiones clave es la versatilidad de la cancha: a la cancha le caben muchas cosas.

Morelos: Son espacios públicos, pero todo está junto. Uno se acostumbra a que te vean jugar, habitar la cancha, ser observado. Pasa desde tu tía hasta la chica que te gusta, y pasa todo mundo y te ve y es una forma de reconocerse en el pueblo. Es una forma de mostrarse en la comunidad, por eso los XV años y las bodas, una forma de mostrarnos a todos. En las canchas urbanas, tal vez porque la población es más grande, pues ya no es así, ya no tiene esa importancia de espacio público, o en las mismas arenas ya techadas donde hay alguien que las cuida.

Yair: Yo no he vivido en otro lado que no sea la Ciudad de México. Mi primera cancha fue la de la escuela. Sí se usaba en el recreo para comer y todo eso, pero al final era una cancha para jugar. Donde yo entrenaba era un deportivo. La cancha se usaba eventualmente para otras cosas, pero no tenía esa cualidad de plaza pública, como lo señala Morelos.

Morelos: En la cancha pasan muchas cosas, pero en realidad tú puedes hacer lo que tú quieras. Puedes jugar, pero también puedes hacer otras cosas. En la cancha del pueblo se hacían fiestas patronales, fiestas de XV años, y se jugaba obviamente el baloncesto. También se reunía la gente para hacer tequio; ahí votamos en las elecciones, nos vacunamos ahora durante la pandemia. Culturalmente, la cancha también era central. Ahorita ya tenemos biblioteca, museo comunitario, pero antes la cancha deportiva era todo eso. Aún ahora es el lugar donde practican las orquestas de viento. Era la manera en que hacíamos cultura desde los pueblos serranos.

Francisco: En Aguascalientes las canchas tenían un papel tal vez menos comunitario, pero sí muy social. Podías hacer toda tu vida ahí. Sabías que la buena reta era después de las siete, porque llegaban los que salían de trabajar, de la escuela, podías pasar toda la tarde ahí. Muy a veces las canchas se usaban para eventos, incluso las de duela. En el día de las madres se hacía un gran festejo en un complejo de canchas. Nos hacían ir uniformados y hacíamos un ejercicio llamado “ocho” que consistía en darnos pases formados en una especie de zigzag. En el día de las madres, en vez de hacerlo con pelotas lo hacíamos con rosas. Reunían a todas las mamás a ver cómo nos aventábamos rosas y se las dábamos. Hubo otra vez en que las personas no llegaron a la cancha, sino que llevaron la cancha a las personas. Durante un desfile militar celebrando el aniversario de la Revolución mexicana, el gobierno del estado puso una media cancha sobre un tractor y nos pusieron a tirar durante todo el desfile mientras nos movíamos por la ciudad.

Sergio: ¡Interesante modo de relacionarse con la política!

Francisco: Algo que también me ha llamado la atención en ese sentido es cómo la cancha aparece a veces como instrumento del estado en otro tipo de situaciones. Por ejemplo, en los setenta, las canchas de basquetbol de muchas comunidades serranas eran los lugares donde los militares contaban a la gente de los pueblos y trataban de identificar miembros de guerrillas de liberación. Otra cosa que también he escuchado es que precisamente en este periodo, durante los setenta, se hizo una gran cantidad de canchas en las sierras del sur del país para que los helicópteros del ejército pudieran tener mayor control sobre las comunidades indígenas.

Morelos: El por qué hay una cancha de baloncesto enfrente del ayuntamiento y al lado del parque en Tezoatlán, Oaxaca, y por qué hay otro pueblo al lado con la misma configuración, y por qué me iba a otro estado y estaba otro pueblo igual, también viene de cierta política que separa las canchas de baloncesto en México de las de otros lugares. Una de las formas para paliar el alcoholismo en las comunidades indígenas, hacia 1923, fue una campaña de gobierno que se llamaba Arte, Cultura y Salud. Estas campañas llegaban con un médico, con profesores de educación física, profesores de música y profesores de artes plásticas —las famosas misiones culturales rurales vasconcelistas. Ahí se empezó a configurar una campaña gubernamental para trazar un espacio deportivo que fuera un espacio neurálgico en los pueblos. Lo que idearon por restricciones monetarias y también topográficas fue poner una cancha de basquetbol.

Gimena: Hablando de fricciones más cotidianas, supongo que todas las cosas que le caben a la cancha también a veces dan lugar a fricciones cotidianas…

Yair: No sé qué piensen ustedes, pero una cosa que pasa con las canchas de basquetbol, sobre todo las multiusos, es que siempre hay una portería de futbol y gente que quiere usarlas. Eso pasa hasta la fecha en todas las canchas, porque los espacios deportivos son escasos y esa escasez se convierte en competencia un tanto problemática…

Michelle: ¡Sí! En Ixtlán, donde viví un rato, las tenías que compartir con niños que jugaban futbol, de repente estabas entrenando y pues se atravesaba el balón de futbol; era todo un tema. La realidad era que sí era bastante molesto porque tú ibas a jugar, a entrenar, y que de repente en medio de una jugada a lo mejor te pudieran lastimar, imagínense un balonazo, un cañonazo, pues no…

Morelos: Como dice Michelle… tenemos que negociar, la cancha de basquetbol es una negociación. De tiempo, de actividades. Es un debate público. Por ejemplo, te estás peleando con los que juegan fútbol —¡y aparte de fútbol rápido, que tiene su cancha propia!

Sergio: ¡Ni los futbolistas quieren salirse de la cancha de basquetbol!

Morelos: Obviamente en cada debate hay posturas y divisiones y también hay encuentros y eso es lo que yo rescato, para mí el baloncesto en México es una práctica de identidad. Este deporte surgió en otros lugares, arenas techadas y muchas veces privadas. Una cancha enjaulada, pues no permite que se atraviese un vendedor, un vecino, que de repente te eche la bolita alguien de la colonia y de repente se anime a jugar contigo. El juego lo que hace en México, al menos en las comunidades serranas, es cohesionar y muchas veces arreglar rencillas. Creo que el baloncesto es una fuente muy generosa, aunque no lo juegues, aunque no lo practiques. Solamente te acercas a una cancha y parece que es un imán para muchas personas, y me encanta.

Yair: El basquetbol es, a nivel de cancha, un deporte de convivencia. Para un deporte como el futbol media cancha no es suficiente, pero para el basquetbol sí. Podemos estar dos grupos usando dos medias canchas, pero quienes juegan futbol eventualmente quieren usar las dos porterías, porque si sólo hay una no sirve el futbol; pero si sólo hay una canasta, sí sirve el basquetbol. Siempre hay una tendencia latente para compartir. En el basquetbol y sus canchas, siempre hay un punto en el que crear una comunidad entre dos personas o grupos completamente ajenos.


Corrección de estilo: Jaime Soler Frost